Eso de vivir a la orilla del mar tiene sus ventajas. La luna llena sobre el mar a la 1:34 de la mañana cuando uno debería llevar ya rato dormido es una de ellas. Te hace pensar cosas extrañas que a lo mejor no tienes derecho a pensar.
A ver si mañana hago una foto y la pongo para que la veas.
(Por cierto, el señor que pasa todos los domingos gritando HELADOOOOOS, y la gente que viene todos los domingos a comprarle los helados, no forman parte de esas ventajas)
{ 2006 07 10 }